domingo, 12 de diciembre de 2010

Hoy ha sido uno de esos días (10.12.2010)


Las mil y una maravillas que la vida nos ofrece cada día se hacen invisibles para nuestros ojos. Creemos que ella en si misma nos maltrata y nos hunde pero en la gran parte de las ocasiones nos equivocamos.
Cada día nos deleita con un nuevo cielo, un nuevo suelo, un nuevo mar, un nuevo aire y una nueva libertad. De todo esto tan solo un par de veces te das cuenta en muchos años.
Adoptamos por instinto olvidar; creemos que un número, una lengua, una cultura, un pasado o un dibujo es más importante que las cosas impresionantes que nos perdemos cada día.
¿Acaso me hace falta contar lo que ocupa la escena?¿Acaso el silencio no puede decir muchas cosas?¿Qué pasa?¿Me hace falta saber lo que otros me inculcaron por hábito en la libertad?¿Necesito saber quien fue el que vio la misma imagen que yo para sentirla de cerca?¿Pienso en un triángulo, en un circulo o en lo que representa cada cosa un día como este? No, no lo necesito.
La teoría es importante pero, ¿qué hay de estos momentos? ¿Por qué no se estudian o se comparten?
Hoy ha sido un día de esos; las lágrimas brotaron de mis ojos y es que nadie me había preparado nunca para sentirme tan libre, rodeada de tanta paz, de tanto cariño, de tanto bien estar...La emoción me pudo. Ha sido uno de los días más felices de mi vida. Una sensación inolvidable.
Rodeada de los brazos del primer amor, que con razón se merece ese nombre, al cual había esperado tanto tiempo. Bajo la calidez de ese cielo tan hermoso, tan especial, tan libre. Acurrucados entre el susurro del viento y acunados en las manos del frío, que era tan suave y apacible como una noche de verano.
Me prometiste amor eterno, prometiste no dejarme ir, prometiste que sería para siempre. Ojalá, ojalá puedas cumplirlo vida.
Recordamos entre risas y besos viejos tiempos en viejos lugares. Formamos nuevos momentos para recordar y borramos aquellos que no queríamos que siguiera allí. Porque sí, es posible olvidar.
Me he sentido amada un día más. Te amé como el primer día de nuevo. Acariciaste todos mis sentidos como cada día. Me mostraste la felicidad como si fuera nuestra y me besaste, mil y una veces y me volviste a besar.
Gracias, gracias por compartir este tiempo a mi lado. Gracias por hacer que mi espera valiese la pena y por hacerme sonreír. Gracias por cada sueño, por cada minuto. Gracias por estar ahí, por no dejarme escapar. Gracias por ser el primero. Gracias por cada palabras, por ser así como tú eres, gracias. También por cada beso, caricia, abrazo, por cada paso que hemos dado. Gracias por compartir el destino conmigo y ayudarme a construir nuestro camino. Gracias llorar conmigo, por emocionarme y por quererme como solo tú sabes hacerlo. Gracias por todo.
Te prometeré cada vez que se te olvide lo que hoy te prometí y lo remarco una vez más como otras tantas lo haré: TE AMO. Y me enorgullezco de ser una de las pocas personas de mis años en el mundo que lo sienten de verdad, que puede decir que eres tú y solo tú el que ha dejado una huella en este corazón que siempre te tendrá en cuenta.
¿Para toda la vida? Por supuesto, como decía la canción de aquel concierto tan especial de verano, ¿recuerdas? "Yo te quiero para toda la vida. Y si fueras para toda la vida yo sería la persona más feliz". Que así sea.
Dicen que los sueños siempre se hacen realidad si los deseas de corazón, no se tú pero yo deseo con todo lo que tengo cumplir lo que nos preguntamos continuamente.
La vida nos hace regalos únicos e impredecibles, tú has sido mi mayor logro y mi peor pesadilla. Pero te amo.
Que maravillas se esconden en el pan de cada día, en lo que siempre ignoramos cada vez que lo vemos.

Espero algún día poder explicar lo que sentí en mi pecho hoy, lo feliz que he podido ser y lo mucho que te amo.

Ismael Fernández Íñiguez, toda y siempre tuya. Te quiero.

Paula, uno de los mejores días de mi vida y como en otros cuantos tú eres el protagonista. Gracias una vez más, para siempre.

Eres la suerte de mi vida-

No hay comentarios:

Publicar un comentario