martes, 22 de junio de 2010

Cristales rotos


Así como se rompe el viento, el agua y el corazón se rompen los cristales.
Cuando alguien se enfada, cuando una persona se vuelve agresiva, cuando alguien se pone enfermo, cuando se hacen mayor, cuando eres un bebé, cuando aún tienes seis años, cuando te sorprenden, cuando alguien llora en solitario, cuando la soledad es tu mejor acompañante... Rompes cristales.
Después del golpe, poco a poco ves como esa pantalla que refleja tu imagen se agrieta lentamente. La primera grieta es apacible; la segunda, destruye tu orgullo; la tercera cría cinco grietas más y la cuarta, forma sucesivos.
Al final tu imagen se muestra tan cruel como es en realidad para los que te ven a diario.
Cura las grietas, solo tú tienes los reflejos suficientes para coger el espejo al vuelo.

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